Adaptandonos poco a poco
Winston está encantado con su hermana pero se a vuelto más caprichoso de lo normal. La acaricia, la besa y se vuelve loco por cogerla en brazos. Es precioso verlo con ella. Cuando me pongo a cambiarla, el me ayuda.
Sin embargo, cuando me pongo a darle de mamar, se pone insoportable. El tiene que estar en sima de mi, quiere que le lea, o que le ayude con un rompecabeza. Es todo un drama.
Por suerte Penélope es una niña tremendamente tranquila y dormilona y me deje mucho tiempo para dedicarselo a Winston.